«No es raro ver en Internet o incluso tener con colegas, consumidores expertos e inexpertos, la discusión sobre si se lo pone o no hielo al vino.»
Muchas veces las aguas parecen estar muy divididas (como en tantas otras cosas mucho más importantes de la vida) en los extremos, donde por un lado están aquellos puristas que al ver a alguien colocando hielo en el vino piensan en castigos propios de la serie Game of Thrones, imaginando y brindando en su mente por el sufrimiento del hereje en cuestión, tocando la campana de la vergüenza mientras camina desnudo por la calle y la gente le tira frutas (me gusta mucho la serie); y por otro lado, los que sin importar el producto que tengan delante, priorizarán su disfrute y le pondrán hielo, refresco, otro vino, más refresco y siga el baile.
Aquellos que rechazan el vino en el hielo tienen como principal argumento que el mismo, al derretirse, diluye el vino y por lo tanto también sus aromas, sabores, etcétera. Los que sin tapujos tiran varias piedras de hielo dentro de una copa, argumentan que eso es preferible a tomar un vino fuera de temperatura. El gran problema de esta discusión es que ambos argumentos son válidos.
Aquél que produce el vino desea que el mismo sea disfrutado en su plenitud, mientras que el que lo consume es dueño de la experiencia. Al fin y al cabo, si como consumidor, decido comprarme un Ferrari para manejarlo a 60 km/h es mi problema, aunque no haya sido concebido para eso…
Si he de plantar bandera, lo haré en el bando de aquellos que rechazan el hielo en el vino, pero cuidado, no con el fundamentalismo de los extremos ni con el argumento de la dilución del hielo y por consiguiente la de sus propiedades, sino desde un punto de vista circunstancial, ya que el vino siempre ha de ser tenido en cuenta con respecto a las circunstancias que lo rodean.
Es decir, indudablemente es preferible diluir un poco un vino que tomarlo fuera de temperatura. Me parece mucho más grave esto último que lo primero. Pero el problema que veo en el uso del hielo es el manejo de los tiempos de la experiencia. ¿Realmente estoy tan apurado para tomar que no puedo esperar que el vino baje su temperatura en una hielera o refrigerador? Así podré disfrutarlo en la temperatura y “concentración” adecuadas… Puedo también refrescar la copa para que el vino se mantenga más tiempo fresco. Puedo servirme de a poco para evitar que aumente su temperatura cuando el clima agobia.
Esos diez o quince minutos que debo esperar para que el vino llegue a la temperatura ideal los puedo aprovechar para dejar guardado el móvil y conversar con la persona (o las personas) que estén en la mesa. Si estoy solo, puedo adelantar ese libro abandonado, escuchar ese disco que hace tiempo está esperando o pensar en eso que hace días da vueltas en mi cabeza. El vino forma parte de los buenos momentos, y estos a veces hay que esperarlos un poco para que sean aún más valiosos (hablo de los vinos y los buenos momentos).
Más allá de todo esto, brindo porque la gente se siga acercando al vino como sea, con o sin hielo, con o sin refresco, con o con alegría, sin o sin vergüenza… Lo que sí, brindo en un rato, porque mi vino está algo subido de temperatura y lo pondré en el refrigerador. Mientras tanto revisaré este texto antes de compartirlo. ¡Salud!
Fuera de programa: un pequeño truco que baja la temperatura del hielo sin diluirlo y además queda muy bien presentado, es tener congeladas uvas tintas y blancas, y usarlas según corresponda…
¡Qué buena idea la de las uvas congeladas! Creo que lo pondré en práctica. ¡GRACIAS!
Es una idea más delicada para enfríar el vino sin diluirlo, de todas formas se mantiene lo que digo del por qué apurarlo, pero si tengo que elegir entre un cubo de hielo y las uvas, mi elección serán estas últimas. Gracias por participar!
Como sabemos, no a todo el mundo le gusta el vino de la misma forma e intensidad.
Tomar vino es bueno para la salud y sería extraordinario que los jóvenes copearan con vino. Ahora bien, si quieres disfrutar de un buen vino, de su magia, aromas, vista y sabor, no le eches hielo, le quitas su personalidad.
Yo soy de las que opinan bebe vino, como te sientas más a gusto y sé consciente de lo que haces… Algún día llegará que te atrevas a tener un diálogo interno con él (te ayuda a sentir y percibir las cosas desde otra perspectiva, mucho más profunda). Saludos.
Carpe diem ????
Como sabemos, no a todo el mundo le gusta el vino de la misma forma e intensidad.
Tomar vino es bueno para la salud y sería extraordinario que los jóvenes copearan con vino. Ahora bien, si quieres disfrutar de un buen vino, de su magia, aromas, vista y sabor, no le eches hielo, le quitas su personalidad.
Yo soy de las que opinan bebe vino, como te sientas más a gusto y sé consciente de lo que haces… Algún día llegará que te atrevas a tener un diálogo interno con él (te ayuda a sentir y percibir las cosas desde otra perspectiva, mucho más profunda). Saludos.
Carpe diem ????