Hace pocos días, un amigo norteamericano me preguntaba cuáles eran las variedades de uva que, según mi criterio, destacan en Uruguay. Es una pregunta difícil, pero me hizo reflexionar bastante. Evidentemente voy a generalizar: hay variedades que destacan algunos años, que dan un vino excelente que luego demora algunas cosechas en repetirse. Hay variedades que en una región dan resultados fantásticos, como los Syrah plantados aquí en suelos mas pedregosos, o algunos Pinot Noir.
Pero ¿cuáles son las variedades que consistentemente dan buenos vinos en Uruguay? Voy a dejar de lado la obvia: la uva Tannat, que ya es parte de nuestra mas arraigada tradición vitivinícola y que suele dar vinos interesantes en casi todas las regiones del país. Hay otras dos variedades tintas que dan vinos consistentemente buenos: Merlot y Cabernet Franc. Y entre las blancas, suelen destacar Sauvignon Blanc, Viognier y quizás Albariño.
De esas tintas destacó hace pocos días la Merlot, con un vino elaborado por Bodega Bouza en sus (relativamente) nuevos viñedos de Pan de Azúcar. El Bouza Merlot Viñedo Pan de Azúcar 2013 fue galardonado como Mejor Vino del Concurso Mundial del Merlot realizado en Sierre, Suiza, que también triunfó como Mejor Vino Extranjero y obtuvo una Gran Medalla de Oro.
Este se une en mi memoria a otros Merlot que destacan desde hace años en el país, y de numerosos vinos en los que el Merlot como parte del assemblage da esas notas de elegancia y placer que son tan disfrutables. Y este premio me llena de orgullo por los logros de los vinos de mi país.