El vino tiene sus raíces fijadas en la historia de Teruel y sus amantes.. Aunque las primeras huellas sobre el cultivo de la vid y la elaboración y circulación de vino en Aragón están asociadas a las actividades de celtíberos y romanos, la producción vitivinícola adquiere relevancia a partir del siglo XI, con el asentamiento del nuevo orden político, social, económico y religioso en los espacios hasta entonces controlados y dominados por el islam. El viñedo fue la gran apuesta en la colonización económica y social del territorio y en la creación de nuevos espacios agrícolas en un ámbito geográfico, el reino de Aragón donde los condicionantes de clima, relieve y suelo dificultaron la repoblación y la extensión de otros cultivos y aprovechamientos.
Hace casi un milenio, la vid se convirtió en la vocación y el recurso económico de la práctica totalidad del actual territorio de Aragón. Al lado de la monarquía aragonesa, los monasterios y la nobleza colaboraron eficazmente en la labor de asentar población y poner en cultivo los nuevos espacios dominados mediante la concesión de fueros, privilegios y otras normativas. Entre todos los cultivos, la vid recibió un tratamiento especial, muy ventajoso.
Los primeros contratos de plantación de vid se estipulan de inmediato tras la incorporación de estas tierras al reino aragonés: así, en julio de 1177, el obispo de Zaragoza autorizaba a la Orden del Temple la plantación en una población cercana a Teruel, de vid, trigo y cebada, especificando el pago anual de una medida de vino cuando aquellas tierras trabajadas y administradas por los monjes, hubieran sido convertidas en viña. En menos de un siglo, el viñedo caracterizó el paisaje suburbano de Teruel y se convirtió en el elemento principal de su producción agraria: viñas y parrales superaron con creces la superficie de cultivo destinada a cereales.
1- La Catedral 2- Seminario S.Carlos 3- Convento Carmelitas 4- Convento Carmelitos 5- Convento Dominicos 6- Hospital General 7- Torre del Salvador 8- Parroquia de Santiago 9- Casa de la Ciudad 10 Puerta Nueva 11- Convento S.Francisco 12- Arcos del Puente 13- Ermitas 14- Convento Capuchinos 15- Puente de piedra 16- Río Celda 17- Huertas 18- Barrio S.Francisco
Casi el 90% del vino registrado en el amplio término municipal turolense a fines del siglo XIII era cosechado en las viñas de la villa. La mayor parte de las vides se extendieron por tierras de secano ubicadas en las vegas fluviales, en contacto con el regadío, en suelos cuyas condiciones dificultaban la plantación y el rendimiento de cultivos de cereales, cepas y emparrados se entremezclaron con huertos y frutales en un abigarrado paisaje de pequeñas parcelas provistas de tapias de piedras. Sola o intercalada con cultivos de regadío y de secano, la vid se integró en el paisaje turolense propiciando la omnipresencia del viñedo en el medio rural y su cultivo intensivo en las plantaciones suburbanas.
Viñas del Vero presenta el “Vino del Amor” para celebrar “Las bodas de Isabel”
Viñas del Vero ha establecido un convenio de patrocinio con la Fundación Bodas de Isabel y presenta “El Vino del Amor” para festejar las celebraciones de la próxima edición de Las Bodas de Isabel de Segura. Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, conmemora los 800 Años de los Amantes y tendrá lugar entre el 16 y 19 de febrero.
LA MAS BELLA HISTORIA DE AMOR
Estamos en los primeros compases del siglo XIII. En Teruel suenan campanas a boda; es el sonido que recibe a un caballero que, exhausto, llega a la villa por la cuesta de la Andaquilla. Se trata del popularmente conocido como Diego de Marcilla (Juan Martínez de Marcilla según los textos históricos), que regresa rico y famoso tras tomar parte en múltiples batallas.
Diego (o Juan) está enamorado desde niño de Isabel de Segura con un sentimiento correspondido. Pero mientras que ella es de una familia importante, él es hijo segundo de otra más modesta. Sin embargo, el padre de Isabel accede a darle cinco años de tiempo para enriqueciese, tras los cuales y con este requisito podrá desposar a Isabel.
Corre el año 1.217. El mismo día que cumple el plazo, Diego regresa a Teruel.
La boda de Isabel con D. Pedro de Azagra.
Al poco de llegar, es informado de que el ambiente festivo y engalanamiento de la villa se debe a que Isabel de Segura acaba de desposarse. La presión de la familia y un pretendiente muy principal, han acelerado el enlace.
Los sentimientos de Diego son contradictorios: cólera, pesar, desazón, rabia… Decide ir al encuentro de su amada, para escuchar de su boca que se ha casado con Pedro Fernández de Azagra, hermano del Señor de Albarracín. Le pide un beso a Isabel, pero ella se niega porque ahora pertenece a otro hombre. Diego no resiste la negativa, es como si algo se le rompiera por dentro. Cae fulminado al suelo. Ha muerto.
Al día siguiente, las campanas de boda han trocado sus tañidos por los de funeral. Una comitiva triste y silenciosa transporta el cadáver del infortunado amante depositándolo en el templo. Cuando van a comenzar los funerales, sale de entre el gentío una mujer con la cara velada que se acerca al fallecido: es Isabel de Segura. Destocándose, se acerca a su amado para darle el beso negado en vida, lo deposita en sus fríos labios y se desploma muriendo sobre él. La tradición asegura que murieron de amor, por eso fueron enterrados juntos, y juntos han permanecido hasta hoy.
Bibliografía citada http://studylib.es y Universum v.22 n.1 Talca 2007
Esta fiesta al amor se viene representando en Teruel desde 1996, como una iniciativa de Raquel Esteban, una turolense de Bellas Artes que ha investigado y documentado las costumbres de la época medieval. WEB: Las Bodas de Isabel de Segura
«Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve la vida.»
Pablo Neruda