Tauromaquia D.O. Toro 5/5 (2)

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Fuente - http://www.dotoro.com/
Fuente – http://www.dotoro.com/

Historia de los vinos de Toro: 

La tradición vitivinícola de la Comarca de Toro se remonta a antes de la dominación romana, pues existía la costumbre de vender vinos fuera de sus límites durante los siglos XII y XIII.  Esto se puso de manifiesto en la concesión de privilegios reales a dichos los vinos de Toro, hasta el punto de que el Rey leonés Alfonso IX cedió tierras de Toro a la capital compostelana para la producción de los preciados vinos. Es tal su calidad que, durante el siglo XIV y por orden del Rey, se prohibió en Sevilla la entrada de cualquier vino foráneo a excepción de los de Toro. Son vinos que participaron en el descubrimiento de América, ya que era conocida su capacidad para conservar su alta graduación a lo largo de la primera travesía. Durante el siglo XIX se exportó gran cantidad de vino de Toro a Francia, afectada por la plaga de filoxera. Durante el siglo XX son muchas las comarcas vitivinícolas que compran uva de Toro para la elaboración de vinos de óptima calidad. La Denominación de Origen de vinos Toro es reciente, arrancó a mitad de los años 70, cuando se trabajo en la Denominación Específica, previa a la consecución de 1a Denominación de Origen definitiva el 29 de mayo de 1987.  «Fuente D.O. Toro»

 

En los campos de Zamora se crían desde hace siglos, unos nobles seres tan bonitos como bravos. Su presencia es imponente: oscuros y recios, pero dignos y bellos como bien cabe esperar de tierras tan exigentes y climatología tan extrema. No resulta sencilla su doma ni es fácil sacarles una buena faena, y aún menos sin el pertrecho de la contundente gastronomía de la región, acostumbrada a la cuchara bien cargada y a los manjares algo grasos, imprescindibles ambas cosas en los duros inviernos zamoranos.

Cyan Roble 2012 preparado para la lidia
Cyan Roble 2012 preparado para la lidia

De la prestigiosa ganadería de Matarromera, en su expansión desde la casi vecina Ribera del Duero, nos enfrentamos con todo el respeto a un ejemplar joven de poco más de dos años de edad con una breve estancia en toriles de roble durante 6 meses. Monovarietal de Tinta de Toro, nacido en 2012 y de nombre Cyan Roble irrumpió desafiante al albero de la mesa de cata en una tarde soleada con algo de viento. Visualmente nos cautivó su moderna imagen, con etiqueta muy original, oscura botella bordelesa estilizada y corcho natural, todo ello de excelente calidad. Lo recibimos en los medios sin más defensa que nuestra copa, ausente cualquier acompañamiento gastronómico, «a puerta gayola» podría decirse. Salió de chiqueros con la fuerza que confiere la naturaleza: cereza de capa algo más que media-alta con ribete granate y escasa lágrima no pigmentada de rápida caída. Colosal y con trapío. Prometedor…

Detalle de la etiqueta
Detalle de la etiqueta

Una larga serie de capotazos, un par de medias verónicas seguidas por unas vistosas chicuelinas en fase nasal, arrancaron del respetable aplausos en forma de frutos rojos maduros y aromas lácticos y horneados, como de mantecado. Con la muleta se comportó bien en naturales y pases de pecho, sacando su carácter en forma de suaves tostados y mentolados, genuinos testigos de su estancia en roble. Tras la suerte de banderillas, en esta ocasión al recorte que siguió a la agitación en la copa, los aromas de fruta y crianza se fundieron como en un pasodoble.

Llegado el momento de la suerte suprema, ligeramente acostados cerca de las tablas, arriesgamos entrando a matar al volapié. Quizás nos faltó algo más de decisión y podríamos haberlo intentando recibiendo, porque al morlaco fuerza no le faltaba. De entrada, la media estocada parecía buena en fase gustativa: sabroso, fresco, pujante y con volumen. Sin embargo, no fue suficiente todo nuestro arrojo. En boca se pudo apreciar un abrupto sobresalto de astringencia difícilmente atribuible en exclusiva a la crianza. Probablemente nos precipitamos con el estoque y el ejemplar requería de unas largas cambiadas en botella. Postgusto corto, aunque suficiente.

Una difícil faena donde no resultó sencillo encontrar el lucimiento, pero que, sin embargo, fue premiada por el más que entendido público asistente con ovación y vuelta al ruedo, sin duda reconociendo el buen hacer del matador ante un ejemplar, este Cyan Roble 2012, algo bronco y de complicada lidia.

Contraetiqueta
Contraetiqueta

NOTA: Rogamos nos disculpen los más puristas del toreo por el empleo en la presente entrada de ciertos términos taurinos, tal vez de forma poco ortodoxa o incluso inadecuada.

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