La región sureste de Uruguay posee una serie de lagunas costeras, separadas del mar por lenguas de arena. La Laguna del Sauce es uno de los extremos de esta especie de bordado de manchitas azules en el mapa, que se extiende hasta el sur de Brasil.
El paisaje de la Laguna del Sauce, bordeada por la Sierra de la Ballena al este, es alucinante. En las laderas de esa sierra fue que Paula Pivel y Alvaro Lorenzo encontraron en el año 2000 su lugar para empezar una aventura vitivinícola que se convirtió en una nueva forma de vida. Porque ninguno de los dos eran productores vinícolas: amboe tenían ocupaciones mucho más “urbanas” en Montevideo.
Ahora viven en ese paisaje hermoso, rodeados por sus ocho hectáreas de viñedo insertas en las laderas pedregosas de la sierra. Las variedades que eligieron plantar fueron Merlot, Cabernet Franc, Syrah, la blanca Viognier – pensada para hacer un corte con Syrah al estilo Hermitage, que terminó formando parte de uno de sus vinos emblemáticos, el Tannat Viognier- y la insignia nacional, Tannat.
Con Producción Integrada y bajos rendimientos en el viñedo, fueron casi los primeros en animarse a venir a la costa a hacer vino y enfrentaron no pocas dificultades en sus comienzos. Hoy, con viñedos más maduros que la mayoría de los productores de la región, son la muestra clara de la calidad que se puede obtener en esos suelos pedregosos de aire salobre.
Entre sus vinos destacan el Merlot Reserva, el Tannat Viognier y el Cetus, un Syrah cuyas uvas vienen de un viñedo enclavado en lo más alto de la sierra. Es un vino largo y complejo, con una nariz fina y ponderosa al mismo tiempo, en la que se mezclan aromas florales con frutos rojos y humo. La boca es jugosa, de cuerpo medio y final largo. Perfecto para degustarlo en el parador de la bodega, mirando la laguna, escuchando los pájaros, oliendo ese aire entre salino y de sierra que es típico de la región.