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lunes, diciembre 23, 2024

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Millennials ¿Sangría, calimocho o cerveza?

Hoy en día, los jóvenes, y hablando también desde mi experiencia personal, consumen más cerveza que vino. Es mucho más habitual oír “¿nos vamos de cañas?” a “¿nos vamos a tomar unos vinos?” Aquellos que conocen más sobre el vino se debe, a mi parecer, a que se encuentran en un entorno que en el que la familia o algún familiar les ha educado con un paladar mediante el cual saben distinguir este toque afrutado de un vino blanco joven o ese sabor a madera intenso de algunos vinos de barrica.

Se hace más complicado el consumir vino si no se hace de una manera inteligente, preguntándose por la lágrima de este, o el sabor peculiar que posee, y por ello, muchos jóvenes relegan esta bebida a combinaciones como la sangría (bebida en la que se combina el vino con alguna fruta y gaseosa) o el calimocho (combinación a la que se llega mezclando vino más alguna bebida gasificada, sea Coca-Cola, Fanta de limón o de naranja…), convirtiendo el trago en algo más fresco, más dulce y menos enredado.

A día de hoy encontramos en diversos bares surtidores propios de sangría, y los jóvenes lo consumen al igual que una jarra de cerveza, sin pensar demasiado en el sabor peculiar que le otorga el vino a esta bebida. Muchas veces nuestro paladar no está acostumbrado a ciertos sabores, y es por ello que muchas veces huimos despavoridos (en lo cual me incluyo) de cierto tipo de vinos.

«Pero considero que se debería extender una cierta educación vinícola entre los jóvenes, que no se desperdicie el hecho de conocer sabores que nos hagan sorprendernos a nosotros mismos y nos hagan viajar, y que sea algo que no solo se produzca en pequeños hogares en donde la familia ya posea dicha formación, que pasa de generación en generación, haciendo de todo ello un verdadero disfrute.»

 

Sangría – Fuente http://www.keepcalm-o-matic.co.uk/

Receta de la Sangría:

Vino tinto. La base vínica típica es el vino tinto, de donde le viene el nombre de sangría que evoca el color de la sangre. También puede hacerse con vino blanco, en cuyo caso algunos no la llaman sangría a secas, sino sangría blanca. La legislación comunitaria, sin embargo, entiende que la sangría hecha con vino blanco se denomina clarea. La bebida resultante de macerar frutas en vino blanco era conocida en recetarios antiguos con la palabra inglesa cup. En Cataluña es frecuente hacerla con cava, en cuyo caso también hay que apellidar la palabra sangría: sangría de cava.

Aunque prácticamente puede utilizarse cualquier vino el más adecuado es un tinto joven afrutado. No importa que tenga mucha graduación, pues será rebajado con agua. Es conveniente que tenga muchos taninos, pues también serán rebajados.

Azúcar. Es conveniente añadir el azúcar en forma de almíbar para que se mezcle uniformemente. No debe resultar una bebida dulzona.

Limón y naranja. Del limón se echa solamente su zumo en la cantidad deseada, a diferencia de las otras frutas que se echan troceadas, pero no se exprime su zumo. Lo propio sucede con la naranja.

Otras frutas. Lo mejor es usar frutas de temporada, que siempre son más aromáticas. Deben ser frutas carnosas como el melocotón o durazno, albaricoque, pera, manzana y el plátano. Deben estar algo troceadas para que la maceración resulte efectiva.

Especias. Para los amantes de la canela puede utilizarse. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que hay quienes la aborrecen. Lo propio sucede con otras especias. El diccionario de la Real Academia Española hace entrar como ingrediente de la clarea la canela. No es muy significativo, pues hace entrar la canela como ingrediente de casi todas sus recetas.

Gas carbónico. Como la fruta ha de macerar un par de horas para comunicar su sabor, si se desea que la sangría contenga gas carbónico, es conveniente añadirlo en el último momento para que el gas no desaparezca en el aire. Es frecuente utilizar refrescos gaseosos de naranja o de limón. Pueden ser sustituidos por polvos efervescentes.

Vermut y licores. Echar un chorrito de vermut rojo, de brandy, de triple seco o de otros licores convierte la sangría en una bebida de alta graduación, pero con la sensación de estar bebiendo una bebida de menor contenido en alcohol. A tenor de la legislación comunitaria, como se ha visto, tal bebida ya no es sangría, sino zurra.

Elaboración:

La dificultad de la sangría reside en que la fruta ha de macerar durante un par de horas, para que la bebida resultante sepa efectivamente a fruta fresca. En algunos establecimientos es frecuente que la elaboren sobre la marcha con el resultado de que no hay maceración. Resulta en la práctica una mezcla de Fanta con vermut o brandy en la que la fruta sólo tiene función ornamental. En aquellos establecimientos en que no han preparado la sangría con antelación es mejor no tomarla. Es importante que esa antelación no vaya más allá de dos o tres horas antes. El motivo es evitar que cambien las características del vino y que la fruta no fermente por la acción del azúcar y del alcohol. Es fácil de conseguir, ya que la preparación sólo requiere mezclar los ingredientes ya fríos.

Durante la maceración es conveniente que la fruta objeto de maceración no esté en contacto con el aire, para evitar su oxidación. Esa oxidación no estropea el resultado, pero resulta poco agradable a la vista.

«La denominación «Sangría» —establece la legislación comunitaria— debe acompañarse obligatoriamente de la mención «producida en …» seguida del nombre del Estado miembro de producción o de una región más pequeña excepto si se produce en España o en Portugal. La denominación «Sangría» puede sustituir a la denominación «bebida aromatizada a base de vino» únicamente en el caso en que la bebida haya sido elaborada en España o en Portugal».

 

Calimocho – Fuente http://www.keepcalm-o-matic.co.uk/

Receta del Calimocho: 

Generalmente se emplea vino barato, por ser más asequible, aunque sin duda cuanto mejor sea el vino, mejor será el cóctel. En cuanto a las proporciones y si se bebe frío, incluyendo hielo, o a temperatura ambiente, va a depender del lugar geográfico donde se esté consumiendo, como también del gusto personal.

En algunos lugares es frecuente acompañarlo con un chorro de licor de mora, de kiwi o alguno otro más fuerte, como el vodka o el ron (llamado en este caso kalitrón), no olvidar la variante autóctona de Castellón de la Plana donde se acompañaba con un chorro de absenta. Existen variantes que se obtienen al sustituir el vino tinto por vino blanco o el refresco de cola por refresco de limón (a esto se le llama «limonotxo» o «kasimotxo») o naranja (a esto se le llama «troncho» o «trocho»), y que se conocen en algunas partes de España como pitilingorri, caliguay, naranmotxo, naranjocho, kasimotxo o naranjito (también, vinkas o José Mari).

Una de las versiones más frecuentes en España es el kali de botellón. Se prepara a partir de dos «cartones» de vino (formato habitual del vino barato) y una botella de dos litros de cola, ya que la proporción ideal es 1:1, en una garrafa de agua vacía para mezclarlo. Este formato es habitual en la zona norte de España (Asturias, Cantabria, País Vasco, Euskal Heeria, Galicia, Navarra, Aragón, La Rioja, Burgos, Soria, Valladolid y Palencia), y también en Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid.

Fuentes: Receta Sangría (Wikipedia) – Receta Calimocho (Wikipedia)

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