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lunes, noviembre 25, 2024

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¿Qué historias hay con el precio de los vinos en la Argentina?

El precio de los vinos, en el caso de los vinos llamados “del Nuevo Mundo”, ha pasado a ser un asunto de marketing más que de costos. Sé porqué se lo digo, y aunque se enoje algún bodeguero, lo digo porque me debo a mis lectores, como Mirta Legrand se debe a su público.

Bs. As. Obelisco - Pantalla con publicidad de vinos - Foto vinummedia.com
Bs. As. Obelisco – Pantalla con publicidad de vinos – Foto vinummedia.com

Como parte del marketing las bodegas alegarán que no es así, que se trata de un viñedo especial, con un tratamiento especial de la uva, con un corcho maravilloso, colocado en una botella maravillosa, pesada (demasiado pesada, quizás), con una etiqueta con firma de autor, etc. Bla, bla, bla, usted no pique el anzuelo con toda esta cháchara y vaya a lo que quiso comprar, un buen vino y chau.

La verdad es que salvo algunas de las marcas célebres europeas, que alegan provenir de un viñedo de no más de 10 hectáreas, lo cual le da un aire de exclusividad incontestable, todo lo demás depende más que nada, infelizmente, del criterio que aplique el Gerente Financiero de la bodega, que aquí y en la mayor parte de las bodegas del mundo, ha pasado a tener un protagonismo superior al del enólogo.

Le explico un poco más lo del vino exclusivo: muchos sostienen que el mejor tinto del mundo se llama “Petrus”. Curiosamente, es un vino bordelés de cepas Merlot que crecen en una superficie de  once hectáreas y media, en la zona de Pomerol, a medio kilómetro de otra zona bien conocida que se llama Saint Émilion. Y nada más. Esto significa que las botellas que se obtienen son muy pocas, amén de muy buenas. Ergo: poca oferta+ mucha demanda= el precio es altísimo. Y cuando le digo altísimo quiere decir que arranca desde unos cientos de dólares por botella, a miles, dependiendo de la cosecha de que se esté hablando.

Collage vinos argentinos - Foto vinummedi.com
Collage vinos argentinos – Foto vinummedia.com

¿Qué pasa entonces con este asunto? Pasa, como me explicó un amigo industrial argentino metido a bodeguero, que ponen un precio con el conocido sistema de nuestros abuelos, llamado “bigote y techo” (¿vio cuando el plomero, si tiene bigote,  comienza a mecerlo y mirando el techo dice: ‘¿Qué le puedo cobrar por esto?’? Bueno, ese el sistema al que me refiero) y concluye: “Ponlo a $1.250”. ¿Se vende a ese precio? Y el industrial se sincera: “No, pero como hacemos nada más que 2000 botellas, se lo regalo a los amigos y quedo como un príncipe”.

Esto no quiere decir que TODAS las bodegas que tienen vinos de ‘alta gama’ se los regalen a amigos con gesto principesco. Francamente no sé lo que hacen con  los que no  venden, amén de rematarlo en vinerías del exterior del país, a precios ínfimos comparados con los que pretendidos en nuestro país.

La verdad, es que un día hicimos una degustación de Malbecs argentinos a botella tapada. Sobre 10 elegidos para degustar, los expertos seleccionamos dos, que nos parecieron indiscutiblemente los vinos que sobresalían parejos sobre el resto. Antes de descubrir de cuáles se trataba yo propuse conocer el precio de ambos, así quedaba claro que el más barato era el mejor en la relación calidad-precio. El más barato resultó ser uno que estaba en el mercado exactamente a la tercera parte del precio del otro. Conclusión: lo elegimos como el mejor de los diez.

Vinos argentinos - Foto vinummedia.com
Vinos argentinos – Foto vinummedia.com

Recuerde: la primera botella de vino usted la comprará por la botella, la etiqueta, el corcho, el precio o lo que sea; pero si lo que hay adentro no le gusta, no volverá a comprarlo. Porque la realidad es que todo esto, sumado a la inútil botella pesada, no se bebe y menos se degusta. Lo que se bebe y degusta va a parar a una desolada copa, que cuanto más fina, simple y sin tallados de ninguna naturaleza, mejor. Atenti, y la copa la lava con agua caliente solamente, no se le ocurra sumergirla en detergente. Y que se seque boca abajo ella sólita, para que no vaya a quedar pelusa de todo tipo.

Conclusión: si lo que quiere es impresionar a la señorita 20 años más joven que lo está acompañando en esta cena íntima, antesala de “otras cosas”, gaste lo que quiera. Sino, tome el vino que le guste más, sea caro o barato: esa es la pura verdad…para usted.

vinum731

 

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